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SSD vs HDD: ¿Qué debes saber sobre los dos tipos de discos duros?

El mundo de los discos duros se ha transformado durante los últimos años, con la irrupción de los discos duros SSD, o unidades de estado sólido. El término SSD proviene de la expresión solid-state drive (SSD).

El SSD se populariza

Hasta hace unos años, los usuarios de informática tenían poco a elegir en cuanto al tipo de almacenamiento de su portátil u ordenador de sobremesa.

Si compraste un ultraportátil (un portátil muy ligero y delgado) durante los últimos años, es muy probable que tengas un SSD como partición primaria de disco duro. La partición primaria es desde la que arranca el equipo.

Con el tiempo, los portátiles más grandes se han ido pasando a los discos duros de arranque de tecnología SSD. Los equipos con un precio más ajustado, todavía favorecen la utilización del disco duro tradicional o mecánico (Hard Disk Drives, o HDDs).

Los discos de arranque en los ordenadores de sobremesa, pueden ser tanto HDD como SSD. En algunas ocasiones, un equipo lleva los dos tipos de disco duro. En estos casos, el SSD es el disco de arranque y el HDD es la unidad de almacenamiento de más capacidad.

En resumen, el SSD se está popularizando. Y se está ganando el favor de la industria y de los usuarios por las ventajas que proporciona

Aunque no todo son puntos fuertes, para empezar, el precio, que es más elevado que el de los discos duros mecánicos.

En este contenido analizamos las diferencias entre ambos sistemas.

HDD: el almacenamiento de datos tradicional

Piezas mecánicas

El disco duro tradicional, o HDD, está hecho de piezas mecánicas. Los datos se graban y se leen en un soporte magnético.

Está formado por uno o varios discos rígidos, que están unidos por un mismo eje y que giran a gran velocidad en el interior de una caja de metal. Un cabezal de lectura/escritura lee o graba los datos sobre los discos.

La velocidad de estos discos duros suele ser de 5400 o 7200 RPM (revoluciones por minuto). En relación al tamaño, las cajas pueden ser de 2,5″ (pulgadas) o de 3,5″.

Información a buen recaudo

A diferencia de la memoria RAM, el HDD almacena datos que perduran cuando desenchufas el ordenador. Así, si la RAM es una memoria volátil, el HDD es un sistema de almacenamiento no-volátil.

En el disco duro tradicional puedes guardar todo tipo de archivos. Desde Words, Excels o PDFs de trabajo, hasta tus fotografías y vídeos familiares. Y, claro, tu colección de canciones en formato MP3

Un cabezal graba los datos en el disco duro. Y ese mismo cabezal, los lee cada vez que deseas ver una fotografía o abrir el documento de Word en el que estabas trabajando.

SSD: chips de memoria flash

Un disco SSD tiene la misma misión que un disco HDD: guardar datos, incluso cuando el ordenador está apagado. Y lo consigue con éxito.

En la tecnología SSD, los archivos se guardan en chips de memoria flash que están interconectados. Estos chips pueden almacenar los datos, incluso cuando el equipo informático no está encendido.

Estos chips de memoria flash son de una tipología diferente que la empleada en los pendrives. Los pendrives, recordamos, son las pequeñas unidades de almacenamiento USB que nos podemos poner en el bolsillo. E incluso en ese bolsillito que va dentro de algunos bolsillos en los pantalones tejanos.

Los chips de memoria flash de los discos SSD son más rápidos y fiables. Por tanto, son más caros que los pendrives con las mismas características.

Pero, como los pendrives, los SSD suelen ser mucho más pequeños que los discos duros HDD. Y esa menor dimensión ofrece a los fabricantes de ordenadores una mayor flexibilidad a la hora de diseñar los equipos.

Un poco de historia

1956: disco duro de 3,75 megabytes

La tecnología de los discos duros ya tiene una historia. Si buscamos en internet, encontraremos fotos del disco duro del ordenador IBM 650 RAMAC de 1956. De hecho, en este artículo acompañamos una imagen de este disco duro de la prehistoria de la informática, que ofrecía 3,75 megas de almacenamiento.

Para hacernos una idea, esos 3,75 megas es lo viene a pesar una foto o una canción de MP3 en tu ordenador. ¡Aquel disco duro tan voluminoso tan solo podía guardar una foto digital! Pensad que aquel disco duro estaba compuesto de 50 discos o platos de 24 pulgadas.

Como curiosidad, aquel ordenador IBM que hoy consideramos una pieza de arqueología, se limitaba a usos gubernamentales e industriales. En 1969, pasó a ser obsoleto.

A primeros de los años 80, el disco duro de PC era de 5,25 pulgadas. Más tarde, llegaron los discos duros de 3,5 y 2,5 pulgadas.

No entraremos en muchos otros detalles técnicos, como por ejemplo los referidos a la forma de conectar el disco duro con la placa base, que ha cambiando a lo largo del tiempo.

Sin embargo podemos destacar que hoy tenemos unos discos duros más rápidos y con más capacidad. Unos discos duros cuya capacidad se medía en megabytes, ahora se mide en terabytes.

Recordemos que 1 terabyte es igual a 1.000 gigabytes, y que un gigabyte es igual a 1.000 megabytes.

Los discos duros de 3,5 pulgadas tienen capacidades de hasta 14 terabytes.

SSD: nacen con los netbooks

La historia del SSD es más corta. Los primeros discos duros primarios SSD surgieron durante la irrupción de los netbooks, a finales de los años 2000. En 2007, algunos modelos de ordenador empezaron a utilizar SSD de 1 gigabyte (GB) o 2 GB como partición de disco primaria o de arranque.

Con el tiempo, las capacidades de almacenamiento de los SSD crecieron. SSDs con el formato de 2,5 pulgadas, alcanzan los 4 TB.

Pros y contras

SSDs y discos duros mecánicos cumplen la misma misión. Hacen que arrenque el sistema operativo, y almacenan softwares y archivos personales (Words, PDFs, vídeos, fotos, etc). Ahora bien, hay diferencias entre un sistema y otro. Hay ventajas y desventajas.

Precio

Los SSDs son más caros que los discos duros mecánicos en términos de euros por gigabyte. En todo caso, se trata de una diferencia de precio que se está reduciendo.

Capacidad

Las unidades SSD alcanzan los 4 TB, pero un disco duro SSD de esta capacidad tiene un precio alto. Lo más habitual es encontrar la tecnología SSD en discos duros de arranque de entre 500 GB y 1 TB. Incluso hay discos SSD de 250 GB, una capacidad limitada que contribuye a que el precio del equipo sea más asequible.

Ahora bien, 250 GB es una capacidad que se queda corta para quien guste guardar muchas fotos o vídeos, o para aquellos usuarios que crean y editan contenido audiovisual.

Es muy sencillo. A más capacidad de almacenamiento, más archivos y de más peso vas a poder guardar en tu ordenador.

Velocidad

La velocidad es la gran ventaja de los SSD. Un PC con disco duro SSD, arrancará en menos de un minuto y, en ocasiones, en cosa de segundos.

Un disco duro mecánico necesita más tiempo para todos los procesos en los que está involucrado. Un ordenador con SSD arranca antes, pone en marcha antes y hace funcionar el software con más velocidad. Asimismo, transfiere archivos con más rapidez.

Por todo lo dicho, los equipos con disco duro SSD son muy recomendables para el uso profesional. Y es que pueden marcar la diferencia entre llegar o no llegar a tiempo a la entrega de un trabajo

Fragmentación

Con el uso, los discos duros mecánicos acaban fragmentados. En otras palabras, los archivos están almacenados en el disco duro de manera discontinua.

Incluso lo podemos formular de otra manera: los archivos están esparcidos a lo largo de una partición de disco. Esa fragmentación reduce el rendimiento de la unidad, porque el cabezal del disco tiene que buscar en varias partes del mismo para dar con toda la información.

Si bien han mejorado los algoritmos de lectura hasta el punto de minimizar este problema, la fragmentación se sigue dando. Y se sigue dando en un nivel que afecta al rendimiento del equipo.

Cuando se trata de SSDs, este problema no aparece ni por asomo. La ausencia de un cabezal de lectura significa que los datos se pueden guardar en cualquier lugar del disco sin mayor dificultad. Por ello, los SSDs son más rápidos. El acceso a la información es mucho más ágil.

Durabilidad

Un disco SSD no tiene piezas mecánicas, por lo que, en caso de una caída o de un movimiento brusco, ofrecería más garantías. Un disco duro tradicional es más frágil frente a caídas o frente a movimientos bruscos. Por ese motivo, precisamente, siempre se ha recomendado que no se mueva el portátil cuando esté en funcionamiento. Ten en cuenta que el cabezal está a nanómetros de distancia del disco cuando éste está en funcionamiento.

Si sueles someter tu portátil a mucho movimiento y a muchas sacudidas, te recomendamos un disco duro SSD.

Disponibilidad

Los discos duros mecánicos están muy presentes en los equipos con más edad, y en los nuevos equipos con un presupuesto más ajustado. Los SSD están ganando protagonismo en el conjunto del mercado, convirtiéndose en el disco duro predominante en los portátiles de más prestaciones.

Es bueno que sepas que los ordenadores de sobremesa y los portátiles más económicos, seguirán ofreciendo discos duros mecánicos. Al menos durante los próximos años.

Dimensión

Los discos duros mecánicos, que trabajan con discos o platos, no pueden ser demasiado pequeños. Un disco no puede ser excesivamente reducido. Hubo una iniciativa para hacer discos de 1,8 pulgadas, pero no ofrecían más de 320 GB.

Con los SSD, no hay limitaciones. De hecho, con el paso del tiempo, se seguirán volviendo más pequeños. Los SSD están disponibles en formatos de 2,5 pulgadas, para así encajar en el compartimento del disco duro del portátil.

Ruido

Incluso el disco duro más silencioso produce ruido cuando está siendo utilizado. Los discos giran y el cabezal se mueve. Los discos duros mecánicos más rápidos tienden a generar más ruido que los más lentos.

Los SSD no causan ningún ruido, porque no tienen partes móviles.

Energía

Un SSD no tienen que hacer girar un disco, por lo que consume menos energía que los discos duros mecánicos. Con un sobremesa o un servidor, gastarás menos electricidad. En un portátil, harás que la batería dure más.

Duración del equipo

El sistema SSD se desgasta con el tiempo, es decir, cada célula del banco de memoria flash puede recibir ser escrita y leída un número determinado de veces.

Pero gracias a la tecnología de comando TRIM, que optimiza esos ciclos de lectura y escritura, ese desgaste se produce a lo largo de muchísimo tiempo. Podemos estar hablando de hasta seis años.

Por tanto, lo más probable es que descartes el ordenador por obsoleto, que porque el disco duro se ha dañado

En el caso de los discos duros mecánicos, también se deterioran con el paso del tiempo. El hecho de que los datos se graben de forma física, es un factor de desgaste.

En resumen

Los discos duros mecánicos son, en términos proporcionales, más económicos. Y pueden ofrecer más capacidad. En cuanto a los SSD, son más rápidos, más resistentes, más reducidos, menos ruidosos y no padecen el problema de la fragmentación.

¿Qué disco duro te conviene?

Disco duro mecánico (HDDs)

Entusiastas de los archivos multimedia

Si guardas muchos videos, por ocio o por trabajo, solo puedes acceder a discos duros grandes a precio asequible si optas por el disco duro mecánico. Puedes adquirir ordenadores con discos duros de hasta 4 TB a un precio razonable, más económicos que los SSD.

Usuarios de informática que van con un presupuesto limitado

Lo hemos explicado en el punto anterior. Solo con los discos duros mecánicos puedes adquirir ordenadores con mucha capacidad de almacenamiento a un buen precio.

Profesionales de diseño gráfico, ingeniería y arquitectura

Si te dedicas al diseño o a realizar proyectos de ingeniería o de arquitectura, necesitas un sobremesa con disco duro mecánico. Por las mayores capacidades que ofrece, y porque, por el deterioro por el uso, saldrá más económico reemplazar un disco duro mecánico de 1 TB que un disco SSD de 500 GB.

Ahora bien, también es cierto que la tecnología SSD guarda grandes ventajas para todos estos profesionales.

Usuario medio

Si eres un usuario medio, sin grandes necesidades de velocidad, el disco duro mecánico puede ser suficiente para tus requerimientos. Ahora bien, si sueles consumir vídeos y música sobre todo en streaming (Netflix, Spotify, etc), es probable que te convenga más el disco duro SSD. Por el mismo dinero, obtendrás una mejor experiencia de uso.

SSDs

Reyes de la carretera

Si eres de los que estás siempre en movimiento, un SSD es el disco duro que necesitas. Más resistente. Más fiable.

Un portátil con SSD no sufrirá deterioro en su disco duro por los traqueteos que le das en el aeropuerto o en la cafetería, cuando está en marcha. Recuerda que el disco duro mecánico de un portátil puede padecer daños si, estando en funcionamiento, lo mueves.

Por estas razones, es el equipo indicado si trabajas con portátil sobre el terreno. En una obra. En un proyecto de ingeniería. Haciendo investigación.

Fan de la velocidad

Si aprecias la productividad, te saldrá muy a cuenta hacerte con un ordenador con disco duro SSD. Como sabes, arranca más rápido y es más ágil con las aplicaciones y softwares. Si necesitas más espacio, siempre puedes añadir un disco duro SSD o mecánico al equipo, o adquirir un disco duro externo.

Profesionales de diseño gráfico, ingeniería y arquitectura

Más arriba hemos escrito que una magnífica opción es el disco duro de toda la vida. Pero lo cierto es que un SSD aporta velocidad, agilidad y productividad.

Por otro lado, piensa que hay sistemas de discos duros duales: un disco es mecánico, y el otro, SSD.

Ingenieros de audio y músicos

Si grabas música, lo último que deseas es el ruido que hace un disco duro mecánico. Apuesta por los más tranquilos SSDs.

El futuro, en la nube

¿Cuál será el disco duro del futuro? Hace años que la respuesta está… en las nubes. El almacenamiento en la nube es un nuevo paradigma con cada vez más adeptos. Básicamente, consiste en subir tus datos a un servidor gestionado por un tercero.

En todo caso, siempre habrá la necesidad de guardar cosas en local. Es decir, en tu portátil, sobremesa, tableta o disco duro externo. Y todavía no sabemos qué nuevas propuestas pondrá en sector tecnológico encima de la mesa.